Una programa que parecía un simple fin de semana de amigas en Buenos Aires se transformó en un intenso food exploring weekend. Empezamos con un brunch el sábado al medio día en Oui Oui, una cosa curiosa que noté de BA es que el brunch en muchos lugares es desde las 12 hasta las 15 hs. Mmm en mi país eso se llama almorzar huevos revueltos con ensalada no sé en el suyo?
De todas formas siempre parece que es más cool llamarse brunch y nosotras nos pedimos un salmón ahumado con colchón de verdes y huevo poché ( quiero avisarles que los poché están más inn que nunca) y un bagel de salmón ahumado con papas rústicas y ensalada. Para tomar un jugo de naranjas recién exprimido, absolutamente delicioso. Pudimos almorzar en una mesita al sol porque fuimos temprano, ya que verdaderamente buscábamos un bruch, y es uno de los lugares más solicitados del barrio de Palermo. Nuestra comida costó AR$145, no nos cobraron cubierto y nos regalaron el pan, buen punto.
El postre lo comimos en Farinelli, un servicio no demasiado eficiente pero la comida deliciosa, las chicas pidieron jugos y café y yo comí una tarta de dátiles con cobertura de mascarpone y pistachos, liviano y la medida justa del dulce, me encantó. La tarta más una limonada salió AR$ 88 y es casi self service.
Después de varios aprontes empieza la noche gastronómica, temprano habíamos intentado ir a Nicky New York Sushi, pero aparentemente hay que reservar con dos días de antelación, así que optamos por nuestra opción un poco más old school y nos fuimos a Osaka ( comida fusión japonesa y peruana). Tiraditos de ceviche, rolls y pulpo con hongos salteados fueron nuestros platos. Para tomar el trago de la casa llamado Osaka que tiene vodka y pepino entre unas cuantas otras cosas verdes. Un plato y un trago me salieron AR$660 con el servicio incluído, solamente los cubiertos costaban AR$ 75.
De postre? Algunos drinks en Río Café. Negroni, Caipiroska de Maracuyá y Daikiri de frutilla frozen fueron nuestros tragos post cena. Un lugar con una ambientación divertida y buena onda para ir a tomar algo. Lo recomendamos!
El desayuno de despedida fue en Olsen, un café de inspiración nórdica con un espacio alucinante. El día medio nublado lo hizo más pintoresco aún y el fresco le dio el touch que necesitaba para sentirme en otro país. Los desayunos son un poco difíciles de pedir y las papas son su vedette, gasté AR$130 y comí unas tostadas con jamón y queso, yogurt con granola y un pedacito de wafle.. Sin dudas ya el lugar y la puesta en escena valen la pena.
Buenos Aires es la ciudad ideal para comer sano y bien, en un marco canchero y con buena onda, los invito a conocerla...
Hace años que no viajo a bs as porque han surgido otras cosas mejores jaja. Me parece con esto que sigue manteniendose mas barato que montevideo para comer afuera y la oferta gastronomica siempre es mucho mas amplia.
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