By Gaucho Zen
Y sí, el cascarón se va a romper, y ponerse mal por que el cascarón se ha roto no tiene ningún sentido, me atrevo a decir.
Para nosotros salir al mundo, como el pollo, también va a ser necesario romper un cascarón.
¿De que cascarón me está hablando este tipo? …te estarás preguntando.
A diferencia de los pollos, los seres humanos no nacemos dentro de huevos ni cascarones, sino que a la inversa, nacemos HACIA cascarones.
Cascarones que ya han sido preparados para nosotros, cascarones que nos esperan con nombre y apellido.
Cascarones que dicen como nos vamos a vestir, que religión vamos a seguir, en que lugar vamos a vivir, de que vamos a trabajar, que vamos a comer y que no, que vamos a consumir, como nos vamos a entretener, como nos vamos a cortar el pelo y en definitiva: que vamos a pensar y que vamos a sentir. No es tanto un cascarón físico sino que más bien es un cascarón mental te diría.
Algunos conocen a ese cascarón como el sistema, un sistema de creencias y paradigmas que las masas aceptan como ciertas y reales, cuando muchas veces no lo son.
Yo veo a ese sistema como un simple cascarón, y para salir al mundo, a la vida, lo primero que hay que hacer es romperlo.
Mucha gente se pone mal cuando te ve rompiendo el cascarón, y se olvidan que lo que estás haciendo es salir al mundo, a la vida, a encontrarte con tu destino.
Mucha gente se pone nerviosa por que cree que el cascarón es más importante que el pollo, que la vida.
Como que si el objetivo fuera proteger al cascarón cuando en realidad debería ser a la inversa, el cascarón debería proteger al pollo, y un cascarón roto es señal de nacimiento y debería ser motivo de festejo, alegría y celebración.
Hace más de tres años decidí dejar lo que fue mi último empleo como ingeniero, el día que me fui de la planta una idea se fijó en mi cabeza y no la he podido sacar: ROMPER ESQUEMAS.
Fué como una urgencia que me vino, quizás un mensaje de mi Yo superior o algo de eso, no lo sé.
Romper esquemas, esquemas filosóficos, sociales, religiosos, económicos, de salud, de negocios, empresariales, culturales, de vestimenta, de apariencia, hasta la forma en la que te cortas (o no cortas) tu pelo y la cantidad de veces por semana que te bañas.
Aún sigo rompiendo ese cascarón, y aún sigo viendo gente que se pone mal por que el cascarón se ha roto.
Aún sigo viendo gente rescatar los pedazos del cascarón roto con la esperanza de algún día poder pegarlos con “la gotita”, gente ingenua, inocente, ¿pero quién soy yo para juzgarlos?
Pero este no es un llamado a que vos hagas lo mismo, eso no es para todos, no todo el mundo puede soportarlo, más bien solo unos pocos misfits transgresores.
Pero si estás leyendo éste blog es posible que seas uno de esos misfits, de esos transgresores que les gusta cruzar la línea y romper esquemas como rutina diaria.
Cruza ese límite, apreta el botón rojo que dice “NO APRETAR”, comienza una revolución, acostúmbrate a pedir perdón en lugar de permiso, rompe un esquema, luego otro, rómpele el cuello al apartheid y no hagas caso a lo que digan esos hipócritas.
El mundo te espera, una nueva vida te espera, no la dejes plantada por terminar ese informe aburrido que tu jefe te ha pedido. Escúpele en la cara a ese idiota y rompe ese cascarón de una buena patada ninja, la vida te espera, no la desperdicies haciendo lo que otros esperan esperan de vos, por que si te quieres comer el omellette, no te queda otra que romper el huevo.
Por Gaucho Zen
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