Nos gustaba una persona, empezamos a vernos, a pasarla bien, creemos que todo va por buen camino pero cuando queremos seguir avanzando: nos hicimos amigos, hemos caído en la famosa y tan temida “friend zone”. ¿A quién no le ha pasado?
Pero tranquilos, tranquilicen-zen, existe una forma de evitar que el desastre suceda, teniendo en cuenta los siguientes cinco puntos, podemos evitar que ocurra.
No tocar lo suficiente
El contacto físico es un intercambio de energía a otro nivel y genera estímulos que dan lugar a la seducción. Este es uno de esos pequeños trucos mágicos que nadie parecería saber. Cuando hablamos de tocar, estamos hablando de cosas sutiles, como chocar los cinco de vez en cuando, agarrar del hombro por unos segundos y hasta incluso abrazar al otro para celebrar algo que dijo que nos gustó.
No hacer contacto visual
Una mirada puede llegar a transferir una gran cantidad de emociones, hace que el tiempo parezca detenerse y se genere una conexión más íntima con la otra persona. Una pequeña mirada de unos segundos genera complicidad y puede llegar a ser la chispa que enciende el fuego.
Lenguaje corporal
Más importante que lo que decimos es cómo lo decimos. Un error muy común es dar el mensaje errado con nuestro lenguaje corporal. Muchas veces mostramos demasiado interés y otras veces demasiado poco, el ideal es una combinación entre ambos.
La forma de mostrar un lenguaje corporal positivo, que atraiga a la otra persona es enfrentarlo con nuestros hombros, caderas y pies. Podemos hacer esto por unos diez segundos y luego cambiar a una posición de lenguaje corporal negativa rotando el tronco y los pies, hablando de costado girando el cuello y la cabeza para hablar. La idea es cambiar de posición entre diez y veinte segundos.
No pasar tiempo a solas
Es posible que la persona que te guste sea parte de un grupo de amigos con los cuales todos pasan bien y se divierten, como amigos…
Para crear una conexión con alguien, no hay como estar unos momentos a solas. Intenta apartarte con el chico o chica que te gusta hacia un lugar más tranquilo en donde puedan hablar de cosas más intensas y profundas.
Cualquier excusa sirve, desde apartarse un poco para ir a buscar tragos en el boliche hasta pedir ayuda para cargar algo demasiado pesado. Si sabemos crear la atmósfera adecuada, un momento a solas puede hacer que la otra persona empiece a sentir las emociones que queremos que sienta por nosotros.
No decir tus sentimientos
Todas las personas estamos programadas para saber entender e interpretar cualquiera de las señales anteriores, es algo casi instintivo. Pero existen excepciones, existen discapacitados sociales (como quien escribe) que no siempre saben interpretar lo que la gente normal sabe interpretar. Si de verdad nos interesa una persona, hemos intentado todas las opciones anteriores y la llama parece no aparecer, debemos recurrir al último recurso: decir lo que sentimos.
Muy simple de hacer, pero como dicen “Lo que es fácil de hacer, es fácil de no hacer”.
Conclusión
En definitiva es la otra persona la que va a decidir si quiere o no ser algo más que tu amigo, si sigues de manera metódica los pasos anteriores tu ya has hecho tu trabajo, es hora de ser sinceros, explicar lo que sentimos y dejar que la otra persona elija, porque en definitiva, es ella la que tendrá la última palabra.
Eso es todo, ten en cuenta los puntos anteriores y evita caer en ellos.
Por Gaucho Zen
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