Perteneciente a la generación Orwelliana esta joven porteña de asentados 27 años ha tomado como musa inspiradora a la mujer y sus características más intrínsecas.
Pinta e ilustra a mano tocando la sensibilidad de sus observadores en cada trazo: El género femenino como pocas veces lo podemos ver, ocultando sus miserias al mundo bajo máscaras, llorando o con el corazón sangrando… Estos son solo algunos ejemplos de la conexión que tiene esta joven artista con sus sentimientos más profundos, y los de todas nosotras.